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El director de QuintaMarcha.com acompañó, con la BMW R 18 Transcontinental, a Km Solidarity en su ruta ‘Em busca de la sonrisa perdida 2021’

“Acompañé a Km Solidarity en su ruta ‘En busca de la sonrisa perdida 2021’ y más que encontrarla, la llevamos, porque la moto es para muchos chic@s un motivo de alegría, como la que muestra Carolina, que sufre una enfermedad degenerativa”. Este es el reportaje firmando por José Mª Alegre publicado en la News BMW Riders recorriendo España -3.500 km- con Km Solidarity subido en la R 18 Transcontinental durante una semana llevando sonrisas a los que la vida no les ha sonreído.

Y si los chavales gozaron subiéndose en la imponente R 18 Transcontinental, la más solicitada por ellos, sin duda, por su espectacular presencia, sus formas rotundas y magnífico equipo de música Marshall, a mí, que la conduje en un recorrido apasionante de tantos miles de kilómetros, me encandiló. Y lo hizo por su buen rodar, su comodidad, su estética que gira cuellos y abre bocas de admiración allá por donde pasa, su rotundo sonido de los escapes y el de los seis altavoces, melodía en ambos casos que te pone la piel de gallina. La cruiser de BMW me sedujo por todo lo anterior y porque porque es una moto única y exclusiva que no defrauda, al contrario, estarías todo el día sobre ella para admiración propia y de la peña allá donde fueras.

Salida desde el Wanda Metropolitano

Los integrantes de KM Solidarity, Eduardo San Vicente, Ismael Santamaría y Rodrigo Sánchez, junto con Martín Viribay, colaborador de la ONG, con sus R 1250 GS Adventure, R 1250 GS, F 800 GS y R 1200 RT, respectivamente, acompañados por José Rodríguez y Cándido Díez al mando del vehículo que cargaba parte de los alimentos a donar (en otros puntos se transportaron directamente a los beneficiarios), se citaron en el Wanda Metropolitano. En el estadio rojiblanco, su presidente, Enrique Cerezo, Socio de Honor de la ONG, dio la salida a la ruta “En busca de la sonrisa perdida 2021”. Un acto que congregó a medios de comunicación en el que Cerezo ensalzó la labor “extraordinaria de KM Solidarity, reparte mucha comida por todos los sitios”, asegurando que “son unos moteros extraordinarios y tenemos la suerte de colaborar con ellos”. Luego, Cerezo, con su habitual campechanía, posó con los miembros de la entidad riojana junto a sus motos.

Antes de la salida, se hizo la primera entrega de alimentos, 400 kilos a la Fundación Madrina que se cargaron en un furgón de Almarza, empresa colaboradora de la ONG. Conrado Giménez, presidente y fundador de la Fundación, agradeció a Km Solidarity la aportación, declarando que el efecto de la pandemia “ha sido devastador”.

Y tras las palabras, el grupo se puso en marcha. Por delante, una semana de viaje para donar alimentos y repartir sonrisas con este itinerario: Madrid, Albacete, Alicante, Sevilla, Salamanca, Oporto, Vigo, Gijón, Santander y final en Logroño. En total, 3.500 kilómetros, que, en mi caso, superaron esa cifra, pues mi origen y final es la capital del oso y el madroño.

Así pues, emprendimos camino, y yo en el grupo subido en la R 18 Transcontinental, la nueva cruiser de BMW recién salida al mercado. Hacía pocas semanas que había hecho bastantes kilómetros con la R 18 Classic, por lo que conocía bien el modelo, sus reacciones y particular forma de llevarla, pero la Transcontinental, perteneciendo a la misma familia, es muy diferente a la anterior.

Para empezar, la estética, reconociendo de qué modelo procede nada más verla, es soberbia. La Transcontinental ‘viste’ maletas laterales (la R 18 Classic lleva alforjas) y un baúl trasero que aumenta la capacidad de carga en nada menos que 48 litros con un respaldo que envuelve al pasajero para hacerle los viajes más placenteros. Pero más aún llama la atención el frontal, su mayor seña de identidad, junto con el ‘Big Boxer’.

Como la mañana se ha acortado, tomamos la autovía para llegar al primer punto de pernocta, Casa de los Pinos, en Cuenca. Al manillar, alto y abierto, la comodidad es total, pues la postura resulta muy natural y no cansa por más kilómetros que hagas. En la A-3, la cruiser se mantiene impávida. Lo suyo son las vías abiertas, de largas rectas y curvas amplias de corto ángulo. En ese hábitat la BMW es suave, confortable y fácil de llevar. Si además activas el Dynamic Cruise Control (DCC) y el Active Cruise Control opcional que regulan por separado la velocidad y la distancia con el vehículo delantero, ya puedes disfrutar del paisaje y del confort de la moto.

Punto y aparte el equipo de audio Marshall, que a 120 km/h -incluso a bastante más- se escucha perfectamente y no ya solo la música, sino que es posible seguir una tertulia radiofónica sin perder una sola frase.

Viajar con Km Solidarity es hacerlo en buena compañía y no solo por la solidaridad y generosidad de sus integrantes, algo que resulta obvio, sino porque es gente divertida, con sentido del humor, con la sonrisa en los labios y la sensibilidad a flor de piel. Gente que hace lo que hace por convicción y no por postureo. Como afirma Eduardo San Vicente, Presidente de la ONG, “para Km Solidarity, ayudar al que ha tenido menos suerte que nosotros es nuestro fundamento como asociación y así lo contempla nuestra acta fundacional”.

Tras los primeros kilómetros, poco más de dos centenares, llegamos al primer destino. Charla distendida, cena y el descanso, apareciendo todos de nuevo al resurgir la siguiente y soleada jornada, que promete ser cálida y reconfortante. Antes de salir, el recuerdo a Pablo Sáenz Galán, socio fundador de Km fallecido el verano pasado, colocando pegatinas con su nombre en cada moto para que su legado de amistad y buena gente nos acompañe.

Albamoción, en Albacete, es el siguiente destino. Allí nos espera la carga de 400 kilos de alimentos donados por el Concesionario BMW Mototorrad albaceteño, que no ha querido desaprovechar la ocasión para subirse a la moto solidaria de Km Solidarity en la ‘Ruta de la sonrisa perdida 2021’ con su generosa aportación. Recepcionada la carga, siendo el destino final Inpavi, en Alicante, lugar de nuestra próxima parada, ocupándose de llevarla el Concesionario, pues en nuestro coche de apoyo no cabe ni un alfiler, nos espera un desayuno con Antonio Iniesta, Director Comercial de Albamoción BMW Motorrad, ejerciendo de impecable anfitrión.

Tras el café y la tostada, de nuevo en la carretera las cinco motos y el coche de apoyo poniendo rumbo a Alicante por la A-31. El reloj nos ha superado y debemos contrarrestar su inexorable devenir yendo ligeritos, pues en la capital levantina aguardan nuestra llegada. Buena marcha que a la R 18 Transcontinental no le pilla a contrapié, al contrario, permite una conducción alegre.  Su buen hacer, el trabajo excepcional de la suspensión, especialmente el autoajuste de precarga trasero, junto con la rotunda respuesta del ‘Big Boxer’ de 1.802 cc, la cilindrada más potente jamás construida por BWW Motorrad antes, motor cuya potencia es de 91 CV a 4.750 rpm y par máximo de 158 Nm a 3.000 vueltas, permiten viajar con solvencia.

Entramos en Alicante. Vamos en busca de Touratech MotorCenter Company que hará una entrega de alimentos a Inpavi, asociación que ayuda a las familias en riesgo de exclusión social o pobreza. Por las calles de la capital alicantina las detenciones son continuas, sin embargo, no tengo problemas para mover la R 18 con soltura, sin olvidar, eso sí, los 427 kilos que pesa (con el depósito lleno, 24 litros, 4 de ellos de reserva), de lo contrario ella se encargará de recordártelo. Para manejarla en parado, mejor el asistente de marcha atrás opcional, aunque si la superficie es plana lo podrás hacer sin moverte del asiento debido a la baja altura de la moto que permite llegar al suelo con los pies perfectamente apoyados. Otros cambios notables de la Transcontinental es la reducción de la distancia entre ejes, siendo menor el lanzamiento de horquilla que la R 18, además de llevar un amortiguador de dirección, cambios que la hacen más ágil y estable y se nota, atreviéndote a sortear los atascos.

En Touratech nos reciben su CEO, Antonio Navarro, y Miguel Ángel Heredia, así como las madres y sus hijos acompañando a Alejandra Morquilla, de Anpavi. Mientras a los pequeños les sobra tiempo para subirse a las motos y echar a volar sus sueños moteros, Alejandra cuenta que “hay más necesidad que antes. Hay familias que estaban totalmente normalizadas con trabajos estables que lo han perdido a causa de la pandemia y se ven en la situación de tener que pedir una ayuda de urgencia”.

Para Navarro, entregar alimentos a los que lo necesitan es un “fin noble que da un placer que no te puedes imaginar y algo que sientes en lo más profundo de tu corazón”.

Cumplida la misión, animando a los chavalines a que dejen las monturas expeditas, no sin remolonear alguno, pues seguro que andaba “conduciéndola” muy lejos de allí, los abrazos moteros de rigor con Navarro y Heredia más solidarios que nunca a la hora de partir y vuelta a las BMW para dirigirnos a Lorca. Por delante, 143 kilómetros para pensar en lo vivido, la alegría de unos críos ajenos a la realidad que conocen y soportan sus madres, haciéndolo con una sonrisa para que sus pequeños vivan con esperanza, la que les ha dado la moto, ¡qué gran vehículo! Durante el recorrido voy escuchando ‘Eso que tú me das’ de Pau Donés, un tipo que tanto nos dio.

Si las comidas son, generalmente, frugales, haciéndolo de pie alrededor del coche, salvo excepciones que luego veremos, consumiendo fiambre y pan del día en cualquier área de servicio para ganar tiempo al tiempo, las cenas son una celebración. Y no tanto por la abundancia, sino por el descanso y la tranquilidad que da haber concluido la jornada cumpliendo lo establecido, charlando sobre lo vivido y lo humano, ejercitando el buen rollo y revisando la agenda del día siguiente.

El domingo toca Sevilla, la tercera etapa más larga, 453 kilómetros. El tiempo sigue siendo bueno, las fuerzas de la comitiva siguen intactas, la agenda se va cumpliendo y todo apunta que así seguirá en los días siguientes. Para esta ruta he escogido música de mi móvil, configurándolo con la enorme pantalla TFT de 10,25” -que ofrece una profusa información-, lista de reproducción que me queda a la vista y que cambio con el mando situado a la izquierda del manillar.

Hasta Córdoba, todo bien, pero a partir de ahí el viento arrecia, sin embargo, la moto no lo acusa, voy fuertecito y no aflojo. Llevo el modo Rock (equivalente a Sport) de los tres que tiene, Roll (normal) y Rain (lluvia). Eolo sopla con fuerza, aprieto las rodillas contra el precioso depósito, los pies firmes en las sobradas plataformas, con la doble palanca del cambio (punta y tacón) en el lado izquierdo y el puño derecho imperturbable, comprobando como el nuevo chasis, junto con los cambios realizados en la geometría, hacen que la R 18 no se descomponga. Y Luciano Pavarotti “cantándome” ‘Nessun dorma’ en versión Marshall, ¡bravo!

Sevilla nos recibe con un tráfico infernal en el que se mezclan ciclomotores, motos, automóviles y coches de caballos, total: un caos. La comitiva Solidarity navega entre vehículos de ruedas y de patas por la ruta turística hasta llegar al hotel elegido. En ese atasco permanente la Transcontinental se emplea con sorprendente efectividad, sin olvidar el peso, pero la baja altura permite remar con los pies, plus de confianza que nos sirve para avanzar.

Por la noche, partido de fútbol durante la cena, final entre España (la Roja según la oficialidad) contra Francia y alegría hasta que llega el desengaño… el polémico gol de Mbappé que derrota a los nuestros. ¡Qué le vamos a hacer, otra vez será!

Por la mañana visita a la Escuela Cultura de Paz que se dedica a trabajar con jóvenes en grave riesgo de exclusión social. Entramos en el recinto y colocamos las motos en el patio multiusos. Antes de que se suba a ellas la chavalería (Charly Sinewan ‘dixit’), Ismael les explica los fines de Km Solidarity y el objetivo de la ruta ‘En busca de la sonrisa perdida 2021’ mientras se les regala las pulseras solidarias de la ONG.

 Acabada la charla, los alumn@s del colegio abordan las motos con la ilusión propia de adolescentes, preguntando entonces a Trinidad Lorenzo (arriba), directora de la la ONG de igual nombre, que, al igual que los alumnos, no ha desaprovechado la ocasión para subirse a la R 18. Lorenzo cuenta que la situación “ha cambiado para mal, porque este sector tan difícil se vio muy empeorado con la pandemia. Nosotros nos dedicamos a la educación y en este año y medio de pandemia hemos tenido que hacer campañas de recogida de alimentos, de ropa, de juguetes, porque estas personas no tenían para comer”.

Santiago Agüero Muñoz (sobre estas líneas), cofundador de la Escuela Cultura de Paz, galardonado con el ‘Premio al Tercer mejor Docente de España’, cuenta que “mi labor es transmitirles a los chic@s motivación, entusiasmo, que valen para mucho, porque bastantes de ellos están con la moral muy baja. Trabajar con el ejemplo y con el compromiso social y eso es lo que engancha a los chavales. Otro de los mensajes que les transmitimos es que no dejen de soñar porque los sueños se cumplen y que luchen por sus intereses”.

La labor de KM Solidarity “me parece impresionante -prosigue Agüero-, porque predican con el ejemplo. Es puro altruismo y además sin esperar nada a cambio por esa donación, ‘chapeau’ y es un ejemplo que le transmiten a los alumnos”.

Dos horas largas en el colegio viendo lo bien que se lo pasan los alumnos, con expresiones de “esta moto me mola”, “ahora me voy a ir de viaje” o “súbete -a una compañera- que nos damos una vuelta”, mientras se hacen selfis, llenándote de satisfacción. Como afirma San Vicente, “el saber que hay personas a las que nuestra ayuda pueda hacer que en un momento tengan una sensación de bienestar, nos llena”. Como apunta el profesor premiado respecto a la actividad de la ONG motera, su actividad “es una donación que no tiene precio”.

Salimos de Sevilla pasando antes por la Torre del Oro para la consabida fotografía, misión casi imposible incluso en moto, pues resulta que es el puente del Pilar y el tráfico de la ciudad hispalense es un sinvivir. Hoy toca recalar en Salamanca y hay una tirada de 462 kilómetros, la segunda más larga. Por lo que acabada la sesión salimos zumbando rumbo al norte. La A-66 es el mejor camino para no llegar con nocturnidad y alevosía.

La R 18 Transcontinental es un sofá rodante. Así como su hermana R 18 Classic es una moto para ‘cobwoys’, por la suspensión ruda que se gasta, la que llevo es todo lo contrario, una moto dulce y suave. Como apunto antes, el chasis es nuevo y también la suspensión, pensada para rodar muchos kilómetros sin abandonar la sonrisa.

La cruiser de BMW tiene estética vintage, pero está controlada por la moderna y profusa electrónica de la marca. Además de los ya citados elementos de seguridad, lleva de serie el control automático de estabilidad (ASC) y la regulación del momento de arrastre del motor (MSR). Mientras que el sistema de marcha atrás auxiliar, el sistema de arranque en pendiente y el bloqueo centralizado de las maletas y el baúl, proporcionan de forma opcional aún más solidez y comodidad.

Llegamos a Salamanca al atardecer y no me resisto a fotografiar el cuadro de instrumentos, con la pantalla y los preciosos relojes analógicos que hay sobre ella, viendo a través del parabrisas la no menos preciosa catedral salmantina. El resultado, sobre estas líneas.

Cuarto día de ruta. Toca la tirada más larga, Salamanca-Oporto-Vigo, 506 kilómetros. El buen tiempo nos sigue acompañado, llegando a Portugal sin mayores contratiempos, parando nada más entrar en territorio luso para gestionar el peaje electrónico que nos permitirá circular por las autopistas del país, de no hacerlo los pórticos con cámaras de lectura de matrícula que hay por todo el recorrido nos delatarán y en algún punto la policía nos echará el guante, perdiendo la pasta -por la multa- y la dignidad.

En una área de servicio nos espera Jerónimo Alves con su R 1200 RT, rider miembro de los Ángeles Verdes que participa en la recogida de alimentos promovida por Km Solidarity en Oporto, no sin llevarnos antes a degustar un delicioso bacalao, plato nacional del país vecino, en el restaurante Sao Braz de Aveiro.

En BMW Motorrad Antero de la capital portuense nos reciben por la tarde para una entrega de alimentos por parte del Concesionario a la que se suma la donación que llevamos en el coche de apoyo, trasladándolos a la furgoneta de Cáritas Diocesana de Oporto que se encuentra allí en una cadena humana solidaria. La preciada carga la recogen Daniela y Claudia, ambas pertenecientes a la entidad social lusa, detallando que la situación en Portugal, “debido a la pandemia, está muy complicada”, agradeciendo “la iniciativa de Km y de otras empresas, porque sin ellas no conseguiríamos asistir a tanta gente”, concluyen.

Hecha la entrega y tras una visita a las magníficas instalaciones BMW Motorrad Antero, Alves, ejerciendo de ‘road leader’, nos saca de la ciudad, acompañándonos con gran generosidad hasta la frontera con nuestro país, colapsada por cierto por coches españoles al coincidir con el final del puente del Pilar. Él último tirón hasta Vigo lo hacemos de noche, ausencia de claridad que la cruiser suple con el faro que lleva un sofisticado sistema Led interno que incluye luz en curva. También son autoadaptables los faros supletorios, por lo que la iluminación es magnífica. El día, intenso y kilométrico, finaliza con la cena.

Hoy miércoles, en nuestro camino hacia Gijón, los Ángeles Verdes nos esperan en Betanzos para acompañarnos durante un tramo de nuestro recorrido. La citada es una asociación motorista creada por antiguos miembros de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil que, sin tener ninguna vinculación con la institución, siguen con su pasión por las motos. El fin de la Asociación “es el de colaborar con las autoridades e instituciones y con su ejemplo en la conducción tratar de reducir los siniestros de este tipo de vehículos”, según reza su página web.

Desde la plaza de Betanzos salimos por secundarias disfrutando del paisaje boscoso y las carreteras serpenteantes. ¿Y cómo se comporta la cruiser en semejante recorrido? ¡De maravilla! En trazados revirados la BMW responde con agilidad, debiendo hacer algo de fuerza con el manillar para moverla de un lado a otro, pues son muchos los kilos a vencer, pero es sorprendente el ritmo notable al que puedes circular. El límite de inclinación en curvas nos lo marcará el roce de las plataformas en el asfalto, aviso que, no obstante, tiene bastante tolerancia.

Los Ángeles Verdes se detienen para despedirse de nosotros. Se han comportado como caballeros de la carretera, lo que son, acompañándonos un buen tramo en señal de amistad y reconocimiento a la ONG por su labor generosa y altruista. Hasta otra ocasión, amigos.

La pernocta en Gijón, por recomendación de Ruralka, la realizamos en el Hotel Artiem, establecimiento que cuenta con la habitación solidaria, donde su importe íntegro se destina a Cáritas. Para una ruta solidaria, hoteles solidarios.

Dos días quedan ya para finalizar ‘En busca de la sonrisa perdida 2021’, pero hoy, penúltima jornada, seremos testigos de muchas sonrisas visitando un centro de personas con discapacidad intelectual. Al llegar, los chavales ya nos esperan a pie de calle carente de tráfico, pues finaliza allí, subiendo a las motos a medida que las van eligiendo. En cada una de ellas hay un miembro de Km que se ocupa de la seguridad del joven. Unos tocan el claxon, otros se conforman con darle al gas en silencio y los más osados quieren ponerla en marcha, y todos quieren fotos.

Carolina, que sufre una enfermedad degenerativa, también quiere participar de la fiesta motera, entonces, Rodrigo la coge en brazos subiéndola a su moto, para al rato hacer lo mismo en la R 18 y la sonrisa de la joven le iluminaba la cara. Para Clara González, Presidenta de Plena Inclusión Asturias, la actividad de la ONG motera le parece “genial, hacen falta más iniciativas como estas. Los chicos pasaron un rato agradable. Han sido muy felices, tenemos tema moto para una semana por lo menos”.

También nosotros nos vamos satisfechos por haber procurado alegría a los pequeños. Y con ese buen sabor de boca que dejan las acciones solidarias, las que se pagan con sonrisas, dejamos Gijón atrás para costear hasta Santander, recalando antes en Comillas para respirar el salitre del mar y hacer unas fotos del grupo.

Por la noche, cena de nuevo, aunque esta es algo más especial que las anteriores, pues es la última. Mañana finalizaremos con Ampros, iniciando cada uno la vuelta a casa, unos a Logroño, y Rodrigo y yo hacia el centro peninsular.

El último día aparecemos en el lugar de la cita a la hora convenida, y los chicos, todos ellos con discapacidad intelectual, nos están esperando, rompiendo a aplaudir al vernos llegar. Yo planto la moto junto al resto, siendo la R 18 la más solicitada, como así ha sido en las visitas anteriores. Los móviles de los jóvenes salen de los bolsillos para plasmar el momento, haciéndose tantas fotos como motos se suben.

Raquel, profesora del Colegio Juan XXIII al que pertenece Ampros, comenta que para los chicos “el que les dejéis subir a las motos es fantástico, una oportunidad que no la van a tener nunca, incluso nosotros los profesores, lo pasan genial. Han sido felices y han disfrutado, les ves la cara, están muy contentos. No lo van a olvidar nunca”.     

‘En busca de la sonrisa perdida 2021’ ha sido una magnífica ruta para gozar de la R 18 Transcontinental, una moto para disfrutar los viajes, para hacer muchos kilómetros saboreando la ruta, escuchando mi música favorita, formando parte de un grupo, Km Solidarity, que tiene por bandera la solidaridad, que no solo la pregona, sino que la ejerce y acompañarles siendo testigo de la alegría con la que son recibidos por los chavales que visitan, me resulta muy reconfortante.

EDUARDO SAN VICENTE, PRESIDENTE DE KM SOLIDARITY

“Ha sido una ruta en la que hemos recorrido 3.500 km, que nos ha permitido donar unas tres toneladas de alimentos a cuatro entidades (Fundacion Madrina, Inpavi, Cultura y Paz y Cáritas Portugal), donde también hemos colaborado con la “habitación solidaria” de Artiem Hoteles y lo que para nosotros es la actividad que más nos gusta, visitar centros que atienden a personas con discapacidad física e intelectual, conviviendo con sus usuarios montándoles en nuestras motocicletas.

Estas actividades son nuestra razón de ser. Respecto a los usuarios de los centros, nos llevamos más sonrisas nosotros que ellos, es increíble como se lo pasan subiéndose a las motocicletas, poniéndose la pulsera solidaria que les regalamos, haciéndose fotografías, es para ellos, según sus monitoras, un día que recuerdan siempre.

En cuanto a la continuidad de ‘En busca de la sonrisa perdida’, habrá rutas pequeñas y para la ruta larga estamos esperando que se normalice la situación sanitaria; no obstante, podemos anticipar que será internacional con actividades también en España”.

Etiquetas: BMW-motomotorrad

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