La fiabilidad de Honda en los F1 de Alonso y Button y los graves fallos en los airbags de sus coches, ponen en jaque su imagen

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Motores cuestionados por su poca fiabilidad, pretemporada desastrosa por las escasas vueltas que han dado en circuito los McLaren-Honda, el hasta ahora inexplicable accidente de Alonso en Montmeló y, por si fuera poco, los millones de coches llamados a revisión por problemas detectados en sus airbag, dimitiendo incluso su presidente, ponen en jaque la buena imagen de Honda. Un buen resultado en Australia obraría el milagro, pero no parece fácil.

El accidente de Fernando Alonso en Montmeló a bordo de su McLaren MP4-30, ese ingenio de la tecnología que no hay manera de hacer funcionar (el domingo, último día de pruebas en el trazado catalán, con Jenson Button al volante y el asturiano descansando en su domicilio en Oviedo por prescripción facultativa, el MP4 apenas dio 30 vueltas en toda la jornada), los problemas de fiabilidad (sobre todo en la unidad de motor) que presenta el bólido a las puertas del inicio del campeonato, agravados por el desconocimiento de lo sucedido en la curva 4 en la que Alonso perdió el conocimiento por el tremendo impacto sufrido contra el muro, están siendo un quebradero de cabeza para la escudería, pero también para Honda, pues se está cuestionando su imagen, algo que no se puede permitir por su inmenso volumen de negocio.

Dimisión de Takanobu Ito, presidente de Honda

Por si fuera poco, la marca japonesa se encuentra en un momento delicado al detectar que sus coches tienen graves fallos en los airbags, irregularidades en el sistema de seguridad que ha obligado a la compañía a llamar a revisión a millones de vehículos vendidos principalmente en Japón y EEUU, escándalo que le ha costado la dimisión al presidente de Honda, Takanobu Ito, que fue el precursor del retorno del gigante nipón a la Fórmula 1.

Tal vez no se hubiera hablado en exceso de los problemas de los propulsores Honda en su vuelta a la máxima expresión de la competición automovilística de la mano de McLaren, sino hubiera sido por el accidente de Alonso sufrido en las sesiones de pretemporada -las últimas- realizadas en Montmeló. Resulta que éste fue tan inexplicable (de hecho, al cierre del presente artículo todavía se desconocían las causas exactas que lo motivaron), tan romas como confusas las explicaciones ofrecidas a los medios, que inevitablemente levantó todo tipo de especulaciones, entre ellas el lento y penoso desarrollo del monoplaza del ovetense y de su compañero de escudería con múltiples problemas. El más acuciante es, sin duda, el de la unidad de potencia Honda, con una fuga de aceite en Barcelona que obligó a desmontar por completo el motor. Pero no se acaban aquí los sufrimientos de McLaren-Honda, pues han reconocido tener problemas de chasis.

13 millones de coches Honda llamados a revisión

La dimisión de Ito ha sido un serio contratiempo para Honda. El valedor de Alonso para su fichaje por McLaren, llevaba sufriendo los graves fallos detectados en los airbags de los coches desde que tomó posesión como presidente y CEO de Honda Motor, en junio de 2009. Según una información que publica Marca, la apertura de este sistema de seguridad en caso de accidente podía “proyectar fragmentos de metal a los ocupantes de los vehículos”. Es cierto que hay varios constructores que se han visto afectados por el mismo tema (Toyota, Nissan y Mitsubishi), al tener igual proveedor de airbags, pero Honda ha sido el fabricante más afectado por el fallo de estos elementos de seguridad.

Las cifras así lo avalan. De los 20 millones de vehículos que han tenido que ser llamados a revisión en todo el mundo para reparar el sistema, 13 millones eran Honda, eso ha hecho que sus ventas hayan descendido de forma notable en mercados como el japonés, chino y norteamericano, que son tres de las plazas más productivas del constructor nipón.

Esperaremos impacientes el inicio de la temporada de F1 con la esperanza de que motor y bólido funcionen satisfactoriamente. Sólo así McLaren-Honda podrá acallar todas las especulaciones sobre las capacidades de ambos constructores. Que así sea.