Una mañana de sensaciones y emoción en el ‘Volkswagen Driving Experience’

El ‘Volkswagen Driving Experience’ es, sin duda, una experiencia emocionante, además de útil por su formación al volante y los conocimientos que adquirimos gracias a la conducción extrema en circuito de asfalto y tierra. Esta fue mi experiencia (http://youtu.be/Csn4-sAJc9M y http://youtu.be/6DYjg8vofOc).

Las vueltas en el circuito del Jarama son, para mí (y seguramente para la gran mayoría), la parte más atractiva de la jornada de pruebas que VW nos ha preparado a la prensa especializada.

Inicio la experiencia en el Golf R, cuyo instructor (que siempre nos acompaña sentado en el asiento del copiloto, indicando, corrigiendo y también felicitándonos cuando copiamos sus instrucciones) es un viejo amigo (por el mucho tiempo que nos conocemos, que no por su edad) amigo, Víctor Fernández, piloto y también colega en esto de probar coches.

Demasiados años hacía que no pilotaba en el Jarama, mi circuito favorito (junto con el de Cheste) y escenario de mis mejores logros en la competición de las cuatro ruedas. Permitidme este pequeño exceso de vanidad, pero no puedo obviar que en tan grandioso escenario (que conoció tiempos mejores y que ahora el Race pretende reverdecer –y espero sinceramente que lo consiga-, a pesar de la saña vecinal) conseguí algunas victorias, haciéndome con el subcampeonato del TRT (Paco Palomino me impidió ser campeón), el título de la Challenge Hyundai y el de pilotos del Madrileño, todo ello en 2005, mi mejor cosecha. Luego vendría la Copa Hyundai Getz Diésel, que se saldó con una victoria y un segundo puesto en tan entrañable pista.

Lo bueno del Volkswagen Driving Experience es que el instructor te evalúa, viendo enseguida si puedes ir rápido, permitiéndolo (dentro de un orden) o aconsejando una conducción más tranquila. En ambos casos, la experiencia es apasionante.

VW Golf R, aplomado y seguro

El VW es un maquinón de 300 CV turboalimentados, acelerando de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos y 250 km/h la velocidad máxima. Me sitúo perfectamente en el puesto de conducción gracias a los muchos reglajes del asiento y volante y empezamos. El cambio DSG es de 6 velocidades, manejándolo con los dedos que pulsan las levas, sin tener que tocar la palanca de cambio.

Pasada la recta principal (la misma en la que hace poco un Ferrari siguió recto, saltándose la valla de seguridad y acabando panza arriba en una vía de acceso, algo que sólo puede realizar un apostante o un futbolista), empiezo a pisar con decisión. El Golf R responde, pero es en la siguiente curva, que paso a 130 km/h, cuando noto con satisfacción la tracción total del R. Aplomado y seguro, el VW me transmite confianza, animándome, con el visto bueno de Víctor, que no deja de ilustrarme con sus sabios consejos y alguna rectificación, a subir el nivel, a medida que voy cogiendo seguridad al volante, pues el tiempo en off oxida la práctica racing.

El Golf R es un coche que va pegadito al asfalto debido al sistema Haldex de tracción total y a su magnífico equilibrio, posibilitando que los giros los tome como una lapa, con un paso por ellos tremendo, pisando la chancleta sin contemplaciones a la salida de la curva y sin que el tren delantero pierda adherencia.

Los frenos son también su otra gran baza. Poco antes del final de la recta de meta, la velocidad que alcanzo está próxima a los 200 km/h, frenando con decisión, bajando la velocidad a 50 km/h, para tomar la curva que el mentado Ferrari no consiguió hacer. Prueba superada.

VW Scirocco R, más exigente

Tras el Golf, me subo en el otro R, el Scirocco R. Este modelo, al igual que el anterior, lleva también un motor de cuatro cilindros turbo, pero su potencia es 20 CV menor (280 CV). El cambio es también DSG de 6 velocidades y la tracción no es total como el Golf, sino delantera. ¿Y en qué cambia su conducción en pista? En mucho.

A diferencia del Golf, el Scirocco es más nervioso, también más ágil, pudiendo colocar la zaga con el volante y el freno. Es, por lo tanto un coche más divertido de conducir, pero, a la vez, más exigente debido a la ausencia de la tracción total. Otro detalle a tener en cuenta es que cuando me pongo al volante de este cupé, me había desoxidado algo más, permitiéndome ir más ligero que con el Golf, tal como se puede comprobar en el vídeo, pues la confianza era mayor.

Al acabar las vueltas sobre el asfalto, Víctor me pregunta algo que tenía en el olvido y que recupero cuando me dice: “Te acuerdas que tras el último curso que hicimos juntos, hiciste la pole en los cronos del TRT aquí mismo, en el Jarama, una semana después?”. Efectivamente, fue en 2005 (año de mis mejores logros en competición, tal como reflejo anteriormente). Estrenaba el Hyundai Accent que había pilotado Carlos Olaso, haciendo un crono de 1 minuto y 56 segundos que me llevó a encabezar la parrilla de salida de la carrera. ¡Qué tiempos aquellos!

VW Touareg y Tiguan, ¡qué manera de trialear!

Tras las pruebas en la pista, viene la de los 4×2 y 4×4 en otro circuito, pero este de tierra. En él se prueban los diferentes sistemas de tracción y retención de los Touareg, Tiguan y el nuevo Golf Alltrack. La experiencia también es digna de realizar, pues se abordan zonas que nunca hubiéramos pensado que una bestia de más de dos toneladas de peso (en el caso del Touareg) podría superar debido a su aparente (y ciertamente real) dificultad. Y se afrontan porque junto a nosotros también se encuentra un instructor que te da la tranquilidad y los conocimientos para superarla. Al bajar del 4×4, convencidos de las bondades del modelo y su impresionante capacidad para trialear incluso, los colegas coincidimos en que el cliente del Touareg y también del Tiguan, difícilmente lo meterán por lugares parecidos.

Me gustó el Volkswagen Driving Experience, es un cúmulo de sensaciones beneficiosas para la mente, las habilidades al volante y la experiencia, tres cualidades que siempre, en mayor o menor medida, ya sea en situaciones normales o extremas, deberemos aplicar al volante y de ellas dependerá el salir indemnes.

José M Alegre