Viajar con niños es toda una experiencia y una prueba a nuestra paciencia. Pero, ¿alguna vez has pensado lo que supone para ellos? Los más pequeños también se estresan durante los trayectos largos -tan habituales en vacaciones-, y las razones son de lo más variopintas…
Si preguntas a cualquier padre, reconocerá que viajar en el coche con sus hijos puede llegar a ser una experiencia bastante estresante. Todos aquellos que tengan descendencia lo habrán vivido. Pero, ¿alguna vez te has preguntado lo que pasa por la cabeza de los más pequeños durante estos trayectos? Según revela un nuevo estudio propuesto por Ford, los padres generan una cantidad similar de tensión en el coche.
Por ejemplo, tener que aguantar a los padres cantando es el primer motivo de enfado para los niños en viajes familiares en coche. Los niños también se quejan de que los padres y madres griten a otros conductores, les insulten y se ¡hurguen la nariz! Como ves, los niños se fijan en todas y cada una de las acciones que llevamos a cabo.
La encuesta, realizada entre 2.000 niños europeos, muestra que el 66% dice que sus padres son molestos en trayectos en coche. Además también se afirma que madres y padres les dan ‘chuches’ o les ponen películas para asegurarse su buen comportamiento -o lo que es lo mismo, les sobornan-. Los más pequeños también consideran a los padres como los mejores conductores, especialmente si preguntas a los chicos.
Otra de las conclusiones curiosas a las que llega Ford con su estudio es que los niños de los diferentes países no reaccionan igual ante sus progenitores. Las conclusiones más curiosas teniendo en cuenta esto son las siguientes:
Los padres que cantan son los menos populares en el Reino Unido, donde el 39% de los niños consideran este hábito el más molesto. Por su parte, los niños franceses fueron los únicos a los que esto no les parecía un comportamiento molesto, aunque sí que se quejaban el doble de que sus padres gritasen a otros conductores.
En toda Europa, el 61% de los niños asegura que sus padres se enfadaron o dijeron ‘palabras feas’. En este sentido los padres franceses son los peores, con un 74% de ellos identificados con estos comportamientos. En el otro extremo se encuentran los italianos, único país donde el porcentaje de padres que pierde los nervios no llega a la mitad -39%-.
Por último se concluye que los niños de Reino Unido e Italia son los más proclives a pedir a papá y mamá que pongan música.
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