BMW lanza la tercera generación del X5 con más argumentos para seguir con los éxitos comerciales de sus antecesores. Más eficiencia y equipamiento, además de una versión 4×2, son las principales primicias. A la venta en otoño.
Con carrocería más larga, ancha y baja que su antecesora, la tercera generación del BMW X5 promete dar guerra entre los SUV de lujo y ser una de las referencias en este segmento, como lo fueron las dos primeras. Disponible con cinco y siete plazas, el modelo germano se comercializará inicialmente con tres versiones, dos turbodiésel: xDrive30d, de 258 CV, y M50d, de 380 CV, y un gasolina: xDrive50i, de 450 CV. Todas ellas se asocian a un cambio automático de ocho velocidades, disponen de varios modos de conducción, incluido el ecológico Eco Pro, y mejoran las cifras de prestaciones y consumos de las que sustituyen. Más adelante llegará una variante inédita, la sDrive25d, con tracción a un único eje, que registra un consumo medio homologado de 5,9 l/100 km.
Entre el equipamiento de seguridad, destacan varios sistemas muy avanzados, como el Driving Assistant Plus, que frena automáticamente ante una colisión inminente y que, en un atasco, maneja la dirección, el acelerador y el freno. También sobresale el BMW Night Vision, que detecta animales y peatones y alerta al conductor en caso de que se vaya a producir un impacto.
El nuevo BMW X5 se presentará en el Salón de Fráncfort en septiembre y se pondrá a la venta en noviembre.