El Serie 1 M es la esencia de lo que BMW es capaz de crear, un coche de ensueño cuyas elevadas prestaciones y potencia, 340 CV, controlamos gracias a su depurada tecnología. Lo único que nos supera son los 56.600 euros que cuesta.
Para que el impresionante potencial del M1 se pueda controlar, los ingenieros de BMW le han aclopado muchos elementos del acreditado M3, como las suspensiones independientes en ambos ejes, los frenos y el diferencial trasero de deslizamiento limitado. El motor es un magnífico seis cilindros en línea de tres litros, con dos turbos, inyección directa y 340 CV de potencia. Tiene un par motor de 450 Nm (50 Nm más con la función overboost, potencia extra que entrega al acelerar a fondo) entre 1.500 y 4.000 vueltas, lo que da una idea de la respuesta de esta máquina de tracción trasera al pisar la chancleta desde cualquiera de las seis velocidades del cambio manual (lástima que no lleve un automático con modo secuencial y levas en el volante).
Otro dato en el haber del modelo de dos puertas y cuatro plazas, que cuenta con un maletero de 370 litros de capacidad, son sus 1.570 kilos de peso, cifra contenida por la utilización del aluminio en muchos componentes del chasis. Con estos datos, el Coupé acelera de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos, sólo una décima más que el M3, que dispone de 80 CV más que el anterior.
El Serie 1 M es más espectacular que el discreto M3. Los asombrosos pasos de rueda alojan unas espectaculares llantas de 19″ con neumáticos 245/35 delante y 265 detrás. Eso, unido a las enormes tomas de aire delanteras, al simulado difusor de aire trasero y a las cuatro salidas de escape, le otorga una estampa imposible de pasar inadvertida, al que se suma un sonido acorde con el coche.
Por lo que respecta al interior, el 1 M no desmerece a lo que se espera de él. Personal, magníficamente acabado, selecto y exclusivo, el cupé alemán no deja indiferente. El puesto de conducción es magnífico, con un asiento bien resuelto, que sujeta perfectamente el cuerpo y desde el que se tiene acceso, físico y visual, a todos los mandos. Y si el puesto del acompañante tiene tan buen acomodo como el de su izquierda, las plazas traseras, por el contrario, resultan algo justas. Claro que si a los dos ocupantes traseros del Serie 1 M les va la marcha, pronto olvidarán las limitaciones del habitáculo, porque el cupé resulta excitante, tanto para el que conduce como para los que le acompañan. El pilotaje del 1 M es un cúmulo de sensaciones. Aceleraciones de infarto, paso por curva asombroso y prestaciones racing. Pulsando el botón M (Dynamic Mode), situado en el volante, la respuesta del motor es mayor, la dirección se torna más directa y el control de estabilidad más permisivo, actuando cuando detecta que el conductor no puede con la máquina. Emoción, diversión y provocación, el 1 M es un reto constante que desafía a quien se sienta tras el volante, pero si no damos la talla, no hay que preocuparse, porque el sólo hecho de poseer esta máquina será suficiente para sonreír cada vez que nos situemos a los mandos.
JMA
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