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Guzzi V85 TT, una aventurera que seduce y convence. Por 11.190 euros

Tenía mucho interés en probar la Moto Guzzi V85 TT. La primera moto “gorda” que tuve fue precisamente una Guzzi, la V50 II, máquina de cilindrada media que cuando la compré, en 1980 (antes de ayer), era una ‘pibita’ muy atractiva. Yo quería la V850 Le Mans, pero la pasta no me daba más allá del medio litro. De ahí mi atracción por esta trail que seduce y convence.

Hago esta entradilla para posicionar al lector sobre mi simpatía por Moto Guzzi, pues la primera moto ‘gorda’ de tu vida no se olvida nunca, al igual que la felicidad que sentí cuando salí del concesionario con ella. El estilo tan italiano, sello inconfundible del país de la bota, el motor en V y la leyenda de la marca, me convencieron para desear una moto del fabricante de Mandello del Lario. Pero yo quería la V850 Le Mans, una moto espectacular que me tenía loco. Sin embargo, como la pasta es la que manda y mis ahorros no me daban para la susodicha, me tuve que conformar con la V50 (500cc), que era “casi” igual.

Debo reconocer que con la medio litro de Guzzi me lo pasé muy bien, hice muchos viajes, limé estriberas y me emocioné sintiendo el sonido precioso que emitían los dos Lafranconi que le puse, uno a cada lado, comprados en Andorra a precio de saldo y pasados de tapadillo (entonces, había frontera y estabas obligado a declarar lo que traías del pequeño país pirenaico, pero ‘colar’ lo que trajeras era un deporte que me subía la adrenalina).

De ahí mi interés en probar la V85 TT, una trail especialmente atractiva que lleva el incombustible motor en V a 90º de dos cilindros y 853 cc refrigerado por aire con 80 CV de potencia de Moto Guzzi.

Carreteras secundarias, la España auténtica 

Para probarla hice un recorrido exigente redescubriendo nuevamente, gracias a la V85 TT, que la España vista desde las carreteras secundarias es la auténtica, pues no tiene nada que ver con la de las autovías y autopistas. Como dijo Séneca, “No hay camino que no tenga fin”, pero rodando en moto por la red vial terciaria de este hermoso país que es el nuestro el fin nunca hay fin, pues no te cansas de disfrutar y de maravillarte con lo que ves, parándote para fotografiar un valle, una cordillera o un pueblo perdido de súbita admiración.

La V85TT tiene un estilo algo retro -por algo el fabricante la denomina Classic Enduro-, con una personalidad que fascina gracias a detalles tan llamativos como el chasis pintado en rojo, y el blanco y rojo de la carrocería, el guardabarros delantero elevado o la doble óptica frontal. Pero, no por ello la Guzzi abdica de la tecnología actual, que no le es ajena, como la iluminación por Led de los dos faros con la luz de día DRL que delinea la silueta de la famosa Águila de Mandello, emblema de la marca. Tecnología que incluye tres modos de conducción diferentes, Road, Rain y ‘Off-road’, control de tracción y control de velocidad de crucero de fácil accionamiento desde el manillar, elemento ya indispensable y en este caso de serie. 

Punto y aparte merece el cuadro de instrumentos con pantalla digital TFT de 4,3” con alta definición, aunque no siempre se ve con la suficiente claridad, que muestra toda la información durante el viaje. Dispone, además, de la plataforma multimedia Moto Guzzi MIA, que permite conectar el móvil con funciones de recepción de llamadas, música, navegador, etc. 

Los molinos de Don Quijote

El primer punto de mi destino con la moto italiana saliendo de Madrid fue Consuegra, municipio de la provincia de Toledo. Mi interés por esta población a la que llaman “el mar de la meseta” estribaba en fotografiar a la protagonista de mi viaje junto a los molinos de viento que proliferan en el cerro que domina el pueblo donde, como dice la página web oficial, “podemos imaginar perfectamente la batalla de Don Quijote contra los gigantes, esencia pura del ideal que encarnan a la vez el personaje y su autor, Miguel de Cervantes”.

Las fotos plasman la belleza de lo antiguo, los molinos de viento con los que el gran escritor enfrentó al personaje literario más grande de las letras españolas, con el encanto de la italiana V85 TT. Tuve suerte, además, pues la climatología fue una aliada que quiso agradecer, sin duda, la cromática presencia de la Guzzi, premiándome con los colores mágicos del atardecer, esos ocres que tanto enamoran.

De Consuegra partí (discúlpenme sus moradores sino destinara tiempo mayor a la contemplación de la localidad que el que me supuso la ingesta de un café con leche -muy sabroso, por cierto- que me tomé en el centro de la localidad antes de partir con mi ‘corcel’ rojo y blanco) hacia Trujillo, siempre por carreteras secundarias, ¡qué gozada!

Diversión en carreteras de montaña

Poco me gustan las rectas para correr como antaño, la esencia de la conducción de una moto la encuentras en las curvas, en ese baile que trazas en cada giro cuando ruedas por una carretera serpenteante y la V85 TT, calzada con los magníficos Michelin Anakee Adventure, las aborda con total seguridad, inclinando hasta limar los avisadores en alguna ocasión, y es tanto el aplomo que muestra, que la confianza es total, concluyendo que la Guzzi es la pareja de baile ideal.

Esta moto polivalente, diseñada para hacer muchos kilómetros sobre asfalto, bueno y roto, y también sobre pistas de tierra sin grandes complicaciones, monta un chasis multitubular totalmente nuevo de impecable aspecto, base de su excelente estabilidad. La suspensión se ha encargado a una horquilla invertida de 170 mm y un monoamortiguador trasero Öhlins lateral (elemento no de serie) que se apoya directamente en el basculante. Siendo una Guzzi, la transmisión es mediante el clásico cardán, sistema que también llevaba la primera moto mía, la V50 II. El basculante asimétrico es de aluminio, con una forma ligeramente curvada para permitir el encaje del bonito escape.

Las llantas, de radios, de 19” delante y de 17” detrás, indican las intenciones ‘camperas’ de esta moto. Los frenos son de disco con ABS (desconectable en tierra), dos delante, con pinza Brembo de anclaje radial y cuatro pistones y el trasero, de dos. El sistema resulta efectivo, además de potente, con un tacto que dosifica muy bien.

De Consuegra a Trujillo hay algo menos de 300 kilómetros por secundarias (275 para ser exactos) que son una delicia, pues el tráfico es mínimo, la calzada está, en general, bien conservada, con un asfalto con buen agarre, las vistas son espectaculares y el disfrute es total. A ello se añade los agrestes paisajes, que en más de una ocasión te obliga a parar para contemplar tanta belleza y, por supuesto, los incesantes puertos de montaña, que ponen la guinda a esta ruta que, con esta moto de excelente comportamiento, un cardán que apenas se nota, y las relaciones del cambio de seis marchas bien escalonadas, es un deleite permanente, poniendo de relieve que el destino es la excusa, pues el goce está en el camino.

Rutas largas sin fatiga

Así, tomando la carretera de Consuegra, ésta nos lleva hasta la de Navas de Estena por Marjaliza, desembocando en la Ruta de Cabañeros y de los Montes de Toledo, donde no faltan los tramos divertidos de curvas entrelazadas. Luego, la carretera de Navas de Estena a los Yébenes. Pasado El Molinillo, un pueblo de la España rural de gasolinera de postes con manguera lateral y cantina regentada por una amable señora que sirve CocaCola de botella de vidrio de casi medio litro, como las de antes, se enlaza con la carretera de Horcajo a Retuerta, en el Parque Nacional de Cabañeros, para llegar a la bella Trujillo por el último tramo del recorrido, la carretera de Logrosán a Valdecaballeros. 

En los casi tres centenares de kilómetros del recorrido, muchos de ellos retorcidos, pero con el alquitrán perfecto, la V85 TT demuestra su carácter todoterreno, su buen hacer y su magnífica estabilidad. Es cómoda, incluso para dos personas, con un asiento con doble revestimiento realmente confortable para ambas. A destacar el logotipo Moto Guzzi cosido con hilo gris que hay en él.

La posición de conducción es excelente, gracias en parte al alto manillar, disfrutando de sus magníficas cualidades dinámicas y ruteras, con un generoso y protector parabrisas (un extra que hay que pagarlo aparte, al igual que los faros antiniebla, protectores de cilindros, el Öhlins trasero, el caballete central y la plataforma multimedia que llevaba la unidad de prueba), virtudes que permiten hacer muchos kilómetros sin fatiga. Para una moto de 229 kilos en orden de marcha, que no son pocos, se agradece que los pies lleguen al suelo con bastante apoyo (la altura desde el asiento es de 830 mm), facilitando la conducción ‘off-road’ y la movilidad urbana.

Noble, divertida y fácil de conducir

Otra de las cosas que me gustaron de esta preciosa Guzzi fue la ausencia de ruidos improcedentes a pesar de los muchos tramos rizados del recorrido, esos sonidos que no se saben de dónde provienen, pero que están de más y que tanto molestan (al menos al que esto escribe), demostrando los buenos ajustes, la buena calidad del conjunto, los destacados acabados y la categoría de la moto en general que se percibe tanto visualmente como al conducirla.

Los 80 CV de potencia a 5.000 rpm y 78 Nm de par a partir de 3.750 vueltas, son suficientes para salir airoso de las curvas en busca de las que vengan, sabiendo que los efectivos frenos la detendrán a tiempo para tomar el próximo giro. Otra ventaja de la Guzzi es que con el kit de reducción de potencia es apta para el carnet A2.

Noble y fácil de conducir, empujando desde 2.000 vueltas, con una pisada aplomada y muy segura, transmitiendo confianza desde la primera curva, y muy divertida en carreteras de montaña, la Moto Guzzi V85 TT es una tentación para los que buscan una moto rutera, divertida, cómoda, de bajo consumo (5,2 l/100 km durante la prueba), gran autonomía (ésta, con el depósito de 23 litros, puede superar los 365 kilómetros) y que gustan de hacer incursiones por pistas sin mayores ambiciones. Además, el precio aumenta la atracción, 11.190 euros. 

Por José Mª Alegre (texto y fotos)

FICHA TÉCNICA


MECÁNICA

Motor Bicilíndrico transversal en V a 90º.
Cilindrada 853 cc.
Potencia máxima 80 CV.
Par máximo 80 Nm / 5.000 rpm.

TRANSMISIÓN

Caja de cambios 6 velocidades.

DIRECCIÓN Y FRENOS

Frenos del/tras Doble disco/Disco.
Suspensión del/tras Horquilla telescópica/Doble brazo.

DIMENSIONES

Peso 208 kg.
Cap. depósito 23 litros.
Neumáticos del/tras 110/80-R19/150/70-R17.

PRESTACIONES Y CONSUMOS

Medio 4,9 l/100 km.
Durante la prueba 5,2 l/100 km.
Emisiones CO2 118 g/km.
Etiquetas: guzzi

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