Lo peor que puede hacer un conductor para afrontar un largo viaje es imponerse una hora de llegada al destino. Nada de eso. Relájate, disfruta conduciendo y descansa las veces que hagan falta.
¡Cuántas veces hemos oído “de Madrid a Valencia son tres horas” u otros comentarios de ese tipo! Parece que es una obligación imponernos una hora de llegada al destino y que, si no se cumple, es que somos unos lentos o incluso unos torpes al volante. Cambia totalmente el chip porque en ello va tu seguridad. A la hora de afrontar un largo viaje, relájate, olvida el estrés laboral y disfruta conduciendo. ¡Qué más da llegar 20 minutos después! Lo importante es desplazarse con seguridad. Recuerda descansar las veces que sean necesarias en carretera y no excedas de la velocidad máxima, pues te evitarás ir pendiente de radares fijos y móviles.