Los integrantes de Km Solidarity, la mayor ONG motera de España, llegaron a León, procedentes de Zamora, para recalar en Asprona, la Asociación Protectora de Personas con Discapacidad Intelectual o del Desarrollo. La presencia de los moteros con sus BMWs provocó la alegría y el entusiasmo de las personas que allí aprenden capacidades para su plena inclusión en la sociedad.
Los integrantes de Km Solidarity fueron recibidos por Ramón Carro y Juan Carlos Pulgar, de Asprona-León, moteros también como los titulares de la ONG logroñesa, ambos al frente de un equipo comprometido con las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo. Gente inmersa en un proyecto de calidad de vida para estas personas, promoviendo su inclusión como ciudadanos de pleno derecho en una sociedad justa y solidaria.
La entrada de los moteros en el recinto de la asociación causó un gran revuelo entre las personas de Asprona, rodeándoles y admirando sus BMWs. Cuando todo estuvo dispuesto, las motos bien alineadas y subidas en los caballetes, los presentes empezaron a subir en ellas con la ayuda de los causantes de tanta alegría, Eduardo, Jesús, Rodri, Martín, Ismael, Candi y José, y la supervisión de los monitores de la asociación.
Y con una sonrisa en la cara, la misma que llevaron los citados al centro, se dieron escenas emotivas, como la de Ángel Luis, que tras más de quince minutos desojando la margarita de si subía o no en la R 1200 RT, consiguió vencer sus miedos y trepar a ella, siendo el hombre más feliz al conseguirlo, ganándose el aplauso de todos. O la simpática gaditana que dijo haber nacido motera, queriendo comprarse una, “pero mi marido no me dejó y por eso me fui”, asegura con esa gracia del sur.
Y todos, con educación, sin aglomeraciones ni presiones, fruto sin duda del cariño y respeto con el que son tratados por el personal de Asprona, creando así un ambiente de buen rollo, de aprecio y simpatía que se contagia en todos ellos y que no es ajeno al visitante, aguardaron hasta consumar su ilusión. Y si mientras esperaban a subirse en las BMWs las caras eran de impaciencia, al conseguirlo la sonrisa cruzaba sus caras.
De nuevo, como en todos los centros donde los de Km Solidarity son recibidos, éstos obsequiaron a los hombres y mujeres acogidos en Asprona con chuches y pulseras de la ONG. “Venid más veces”, pedía un joven a los Embajadores de BMW Motorrad España, fruto de la pasión que levantan las motos y de la ruptura de la rutina que provoca su presencia, sellándola con la foto de grupo. Los moteros, a su vez, recibieron una taza cada uno con el anagrama de Km Solidarity en señal de amistad.
Una vez más, se consumaba el espíritu de la Ruta de Km Solidarity, “buscar la sonrisa perdida”, que los moteros llevaron a Asprona-León, un idioma que todo el mundo entiende, la sonrisa, porque es la distancia más corta entre dos personas.
Por José Mª Alegre (texto y fotos)
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