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Tesla Cybertruck: El Gigante de acero que se oxida en el camino del futuro (I)

Presentado como la joya futurista de Tesla, el Cybertruck prometía revolucionar el segmento de las ‘pick-ups eléctricas’. Pero la realidad ha sido menos brillante: defectos de fabricación, devoluciones masivas, y un mercado cada vez más escéptico han convertido esta ambiciosa apuesta en uno de los mayores fracasos de la era Musk. ¿Hay salvación para el coloso de acero inoxidable?

El sueño de acero que chirría

Nació con formas angulosas, como salido de una película de ciencia ficción. Musk lo anunció como la pick-up definitiva, capaz de soportar martillazos y balazos. El Cybertruck prometía desafiar a la industria automotriz con su exoesqueleto de acero inoxidable y su diseño radical. Pero más allá del escenario y los focos, la realidad es otra: el gigante se tambalea.

Tras más de un millón de reservas y años de expectación, Tesla apenas ha entregado 46.000 unidades en sus primeros 14 meses. La cifra contrasta con las proyecciones triunfalistas y con la acumulación de más de 10.000 unidades sin vender. Un inventario inmóvil valorado en más de 800 millones de dólares. El fracaso no se mide solo en números, sino en decepción.

Fallos que erosionan la fe

Las devoluciones se cuentan por miles. Un pedal del acelerador que se atasca, limpiaparabrisas gigantes que fallan, cámaras traseras defectuosas y paneles que se desprenden a velocidades de autopista. Uno de los recall más sonados afectó a 46.000 vehículos, un golpe brutal para una marca que había hecho del control de calidad su estandarte.

Clientes como Greg Abbott, un empresario de Texas, devolvieron el vehículo el mismo día de recibirlo, tras descubrir que llevaba cuatro meses almacenado sin uso. “Sentí que me entregaban una reliquia, no una máquina del futuro”, declaró en redes. Su caso no fue el único.

De la fascinación al hartazgo

Las listas de espera, que antaño generaban orgullo y expectativa, hoy producen desconfianza. Muchos cancelan sus reservas al ver cómo el producto final se aleja de la promesa. El vehículo ha perdido valor rápidamente en el mercado de segunda mano. Donde debía haber un símbolo de estatus, hay depreciación acelerada y reputación en caída.

Más allá de lo técnico, la imagen de Elon Musk también pesa. Sus declaraciones políticas, su compra de Twitter (hoy X), y su alineación con discursos polarizadores han erosionado la base de clientes tradicional de Tesla. Lo que antes era un gesto de modernidad, hoy es visto por algunos como una elección ideológica.

Factores políticos y de imagen

La imagen de Elon Musk también ha influido en la percepción del Cybertruck. Su incursión en la política (recientemente finalizada con la salida de la Administración Trump) y su asociación con figuras controvertidas han generado rechazo entre ciertos segmentos del mercado, afectando negativamente las ventas.

¿Un cambio de rumbo?

Ante este panorama, Tesla ha comenzado a mover ficha. El reposicionamiento del Cybertruck como una pick-up robusta para el trabajo, al estilo Ford F-150, busca conquistar al mercado tradicional que aún desconfía de lo eléctrico. Campañas con menos ciencia ficción y más utilidad cotidiana ya están en marcha.

Además, Tesla ha reforzado su programa de revisión y control de calidad, ampliando los puntos de inspección y aceptando devoluciones con mayor flexibilidad. También se rumorea una versión simplificada del Cybertruck, con menos funciones automatizadas y a un precio más accesible, para reducir costos y atraer nuevos públicos.

Un símbolo en disputa

El Cybertruck ya no es solo un coche: es un campo de batalla simbólico. Representa la tensión entre la promesa tecnológica y su ejecución, entre la narrativa de vanguardia y la logística del mundo real. Es, también, el espejo de las contradicciones de Musk: el visionario que vuela cohetes y, al mismo tiempo, tropieza con limpiaparabrisas.

¿Puede Tesla enderezar el rumbo? Quizá. Tiene la marca, los recursos y la lealtad de una base que aún cree. Pero el margen de error se achica. Porque en la carretera del futuro, incluso los gigantes de acero pueden quedar atrapados en un bache mal asfaltado, un contratiempo que el magnate está pagando por el Cybertruck, al que se une otro mal negocio, su entrada en política, como veremos en el próximo capítulo.

Texto: Daniel Roca

Fotos: José Mª Alegre

 

Etiquetas: tesla

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